INLAND EMPIRE

- Año: 2006
- Dirección: David Lynch
- Calificación: 10 bichitos
INLAND EMPIRE es otra invitación de Lynch a los sentidos, a todos los sentidos, a los que siempre usamos y a los que no, a esos que ni sabíamos que existían o que, simplemente, no recordamos cuándo fue la última vez que los usamos. Se trata de una experiencia alucinatoria/alucinada/alucinógena.
Cuando le preguntaron a Lynch de que se trataba la película se limitó a decir: «a woman in trouble… big troubles”. Es todo lo que él dijo, y probablemente no tenga ningún sentido contar más sobre la trama.
INLAND EMPIRE es una narración, no lineal, no convencional, pero es una narración, sin dudas.
Obviamente, no todo potencial espectador está apto para esta experiencia, y no lo digo ni despectiva ni peyorativamente, pero es difícil entrar en una aventura semejante sin cumplir con ciertos requisitos, como ser la amplia predisposición de los sentidos (de todos) para dejar que se sumerjan en un gran viaje imaginario, deshaciéndose de los prejuicios típicos.
Porque en todos los planos posibles, no se trata de una película convencional, y eso puede incomodar a más de uno.
Para algunos esta peli profundiza el rumbo de Mulholland Drive, yo no comparto esa opinión, pero es interesante partir de ahí para concluir prontamente que INLAND EMPIRE puede ser interpretada de muchas maneras (¿infinitas quizás?), es más, se puede entrar en INLAND EMPIRE por muchos lugares, de muchas maneras y, una vez dentro de ese IMPERIO recorrerlo también por múltiples caminos. Y eso es lo fascinante, el permiso (tantas veces negado) que Lynch le da la imaginación y es esa la forma en que cada uno (cada espectador) logra hacer propia la película. Sí, sí, existe una INLAND EMPIRE por cada espectador que la ha visto. Y quedan muchas más INLAND EMPIRE para descubrir, incluso para quienes ya la han visto.
No voy a contar la película.
No voy a contar mi interpretación de la película.
Sí voy a decir que cada escena de la película podría ser recordada como una obra de arte en sí misma, los diferentes planos, los gestos, las actuaciones (especialmente de Laura Dern), los sonidos, los climas, todo está perfectamente logrado. Sencillamente impecable y magistral.
Según la clásica sinopsis cinematográfica, INLAND EMPIRE dura 3 horas, pero en realidad, la película dura más, mucho más que eso, porque INLAND EMPIRE no termina realmente cuando uno se levanta de frente a la pantalla. Porque esta obra sigue viviendo dentro del espectador por mucho más tiempo y se va y vuelve e incluso eso llega hasta a distorsionar lo que uno recuerda que vio. ¿Y cómo explicar eso con palabras?
David Lynch dijo «Hay gente a la que le gustan las películas que se entienden y hay gente a la que le gustan las películas que dejan espacio para que el espectador sueñe. A mí me gustan las que permiten soñar. La comprensión intelectual no tiene más importancia que la posibilidad de sumergirse en cada escena separadamente. Me encanta enamorarme de una idea y ver cómo se transforma en cine, qué va haciendo con esa idea el proceso de filmación».
Y no tiene sentido agregarle nada más. Porque eso no importa. Lo que importa son los sentidos, INLAND EMPIRE entra por los ojos y por los oídos, pero se desparrama por todos los sentidos, los invade sin pedir permiso, los penetra y los perturba.
Un dato no menor es que INLAND EMPIRE se filmó con cámaras digitales (Sony DSR-PD 150) y a baja resolución. El mismo Lynch manejó una de las cámaras. A priori, salta a la vista que el uso de técnicas digitales va en detrimento de la diversidad de texturas utilizadas históricamente por Lynch, eso se pierde un poco en el formato actual.
Otro dato interesante es la forma de trabajar de Lynch, escena por escena, ya que, según él, de ese modo «uno no cuenta con otra cosa que el presente. Y eso es maravilloso».
Amigos, la belleza también vive en el miedo, en el horror, en el misterio y en la angustia.